jueves, 20 de diciembre de 2012

Pagar la cantarada

Antes en los pueblos era costumbre que un mozo forastero que pretendía cortejar o pedir la mano de una joven del pueblo obsequiara con vino a los mozos. Esta costumbre, hoy en desuso, se conocía como pagar la cantarada y la cantidad de vino variaba según las zonas. En unas era un cántaro, que, como se sabe, es medida para vino con diferente cabida según las regiones. En otras el pago consistía en una cántara, una medida exacta de capacidad para líquidos que equivale a 16,13 litros. El momento del obsequio tampoco estaba del todo fijado: en unos pueblos se pagaba la cantarada cuando el forastero pretendía hablar a solas por primera vez con la joven a través de la reja o a la puerta de su casa; en otros, cuando tenía intención de cortejarla; en otros, cuando iba a pedirla en matrimonio; en otros era una manera de hacer pública la relación y de que fueran considerados novios; y en otros este pago se realizaba cuando ya se habían casado. Si el forastero no cumplía pagando lo estipulado por los mozos del pueblo, estos preparaban una cencerrada con cuernos, cencerros y otros objetos para burlarse de la pareja.
 
La cantarada se conoce también como bodín, botifuera, rufadera, derecho, cuartillada, patente y piso. Solo estos dos últimos términos aparecen registrados en la 22ª edición del Diccionario académico con la acepción de 'convite que ha de pagar a los mozos del pueblo el forastero que corteja a una joven'. Cuartillada no aparece registrado, pero está muy en relación con cantarada. La cuartilla (no el cuartillo, que equivale a aproximadamente medio litro) es una medida de capacidad para líquidos equivalente a la cuarta parte de la cántara.